Lita Cabellut, la artista que quiso aprender de los grandes maestros
De niña descubrió en el Museo del Prado a Goya, Rembrandt y Velázquez, entre otros. Años después, Lita Cabellut se convirtió en una artista admirada por su estilo propio. Hoy su obra Bodas de sangre comparte espacio en ARTIKA con otros libros de artista, algunos de ellos protagonizados por creadores que la influyeron en sus inicios.
Primeras impresiones
En sus primeras visitas al Museo del Prado, la joven Lita quedó fascinada por la belleza que podían transmitir algunos lienzos. En un principio le atrajo el arte de Rubens. Sin embargo, hubo un artista que la impactó de forma más permanente y profunda: tenía solo 13 años y se sintió estremecida ante las pinturas más oscuras de Goya. Le parecieron demasiado terribles.
Guiada por su instinto, siguió acudiendo a las salas dedicadas al creador de Los fusilamientos del 3 de mayo. Hasta que cambió de idea y supo apreciar la fuerza expresiva de un artista que es «el maestro del compromiso y la preocupación por el ser humano. Nos ha dejado un valioso testimonio histórico de nuestra sociedad y sus desastres».
Lita resume el talento de Goya en una pregunta: «¿Cómo se puede dar tantos matices de luz a aquello que aparentemente es todo negro?».
Sup.: La romería de San Isidro (pintura mural), 140 cm × 438 cm, Francisco de Goya, 1819-1823.
Inf. De Izq. a Dcha.: Hipólito, Hylario y Modesto, de la serie Broken Glass Heroes, 2008 y María Luisa, de la serie Las mujeres de Goya, 2007.
De Rembrandt a Picasso
A los 19 años, Cabellut obtuvo una beca en la academia de arte Gerrit Rietveld, en Ámsterdam. Así empezó a profundizar en el estilo de grandes maestros holandeses como Rembrandt, de quien adaptó algunos de sus rasgos. Por ejemplo, el uso del claroscuro, la cuidada escenografía y, por supuesto, la destreza en el retrato.
En este último aspecto, Lita también incorporó elementos de otros artistas como Velázquez y Picasso, ambos con formas propias y muy distintas de captar la psicología humana sobre el lienzo.
En estos años, la artista comenzó a desarrollar las técnicas que han dotado a sus obras de una personalidad inconfundible: desde el craquelado hasta el hiperrealismo.
Izq.: Retrato de una dama con un guante (década de 1630), Rembrandt van Rijn. ©Wikicommons.
Dcha.: Sarah Blansjaar (detalle) de la serie Black Tulip, 2014.
Un lenguaje propio
Lita Cabellut combina la impresión fotográfica con un tratamiento plástico que reinventa la pintura al fresco. En este proceso está presente la influencia de Jackson Pollock (con el característico «goteo» de sus pinturas y la urgencia del action painting) y del trazo desgarrado de Francis Bacon (el pintor de la soledad y el lado oscuro del alma).
Otro referente en la obra de Lita es Antoni Tàpies, por su interés por las técnicas mixtas y la importancia de las texturas. En estas se incluye también el uso de cortes y otras intervenciones creativas sobre la superficie del cuadro.
Izq.: Saru A, de la serie Crónica del infinito, 2011.
Dcha.: Johanna van Delft (detalle), de la serie Black Tulip, 2014.
Más allá de la pintura
Los referentes de Lita no son solo artistas plásticos. De hecho, ella se ha definido a sí misma como «contadora de historias». Esta capacidad narrativa se refleja en una obra tan personal como Bodas de sangre, donde la visión de Cabellut aporta una nueva lectura del texto clásico de Lorca: una historia de celos, pasiones y venganzas en la que Lita se ha implicado en cuerpo y alma.
Los artistas únicos están en ARTIKA
Algunos de los creadores que hemos mencionado como referentes de Lita Cabellut también han tenido su propio libro de artista. Estas son las ediciones exclusivas, hoy agotadas:
- La Biblia – Rembrandt
- La Celestina – Pablo Picasso
- Desastres de la Guerra – Francisco de Goya
- Tauromaquia – Francisco de Goya
- Caprichos – Francisco de Goya
- Sèrie negre – Antoni Tàpies