El estudio, donde las ideas de Plensa se convierten en realidad

El 23 de agosto, el arte contemporáneo celebra el nacimiento de una de sus figuras más interesantes, nacida en esa fecha de 1955 en Barcelona. Jaume Plensa es famoso en todo el mundo por sus esculturas, pero también por sus dibujos, escenarios para ópera, vídeo-proyecciones e instalaciones acústicas. ¿Dónde se esconde un estudio capaz de idear tan variadas y originales obras?

 

Los rostros, figuras y símbolos de las esculturas del artista Jaume Plensa embellecen rincones de todo el mundo: desde su Barcelona natal al epicentro del arte mundial, Nueva York, pasando por Suecia, Tokio, Burdeos, Singapur o Río de Janeiro. Uno de los artistas más internacionales de nuestro tiempo pasa gran parte de su vida viajando, inaugurando piezas y buscando inspiración aquí y allá. Al preguntarle cuándo logra encontrar tiempo para estar en su estudio, él lo tiene claro: su estudio siempre va con él, es su cabeza, está en su mente.

El corazón secreto, 2014. Vista de instalación en la Facultat de Medicina, Universitat de Barcelona. Presentado por Hospital Clínic, Barcelona, ​​2023.Tejido relleno de aire y material sintético, 13 metros de altura.

 

Por supuesto, la mente no es suficiente para que un rostro monumental de varios metros de altura contemple y se deje contemplar en alguna avenida de la Gran Manzana, pero sí es el primer e ineludible paso. Así, Plensa ve su estudio o taller físico como una extensión o expansión de su pensamiento, un lugar en el que construir. Pero todo lo que va a hacer y cómo lo va a hacer existe ya en su otro estudio, el primero, el de dentro de su cabeza. Para Plensa, las ideas nacen ya con un material, con unas dimensiones y unas formas y escalas.

Y su mente, como su taller físico, puede presumir de un orden y organización únicos e inimitables. Su amplio repertorio artístico así lo avala, y en su mente tienen cabida y coexisten sin pelearse materiales tan diversos como la piedra, la resina, la madera, el vidrio, el hierro fundido o el bronce, y entre todos ellos forman obras tan dispares como colosales rostros invitando al silencio, planetas creados a partir de símbolos como alegoría del lenguaje y la comunicación, proyecciones de fantasía que ponen a las personas en el centro del arte…

Tal variedad de trabajos ha llevado a no pocos visitantes de sus exposiciones a pensar que se hallaban en eventos grupales de varios artistas cuando, en realidad, todo cuanto veían emanaba de un único taller, de una única mente… La mente de Jaume Plensa.

Ese mundo interior es fundamental para entender la obra del escultor: su obra no sólo nos abre su mente, sino que -y más importante aún- nos invita a parar, a dejar de sentirnos arrastrados por este mundo acelerado y repleto de estímulos para cerrar los ojos a todo y poder ver así nuestro propio mundo interior. Sólo con los ojos cerrados, envueltos en ese silencio que piden sus esculturas llevándose un dedo a los labios, alcanzamos a ver los paisajes y toda la información maravillosa que se oculta de forma única dentro de cada uno de nosotros.

Si las reflexiones de Plensa se materializan en obras capaces de embellecer y enriquecer el mundo que nos rodea, la intención de las mismas al ser observadas es precisamente la de nutrir nuestro mundo interior, ese que según el autor nos mantiene “erguidos” avanzando por la vida. La escultura es el medio idóneo para ello, al ser definida por el artista como la relación entre lo material y lo inmaterial, entre nuestra humanidad tangible y nuestra alma imposible de tocar. Esa dualidad tan propia de Plensa se materializa en cada una de sus esculturas, un puente entre lo que vemos y lo que sentimos.

Nomade, 2010, Bastion Saint-Jaume, Port Vauban, Antibes, Francia.

 

Por ello, el resultado de las obras de Plensa, materializado en complejas esculturas de elevada innovación técnica capaces de sorprender en cualquier ciudad del mundo, juega constantemente con ese contraste o dualidad entre lo que se ve y lo que no: las transparencias de cabezas hechas a base de filamentos metálicos casi invisibles según la luz, esculturas a base de símbolos universales que permiten al espectador ver qué hay detrás, o esos enormes rostros que cierran sus ojos para invitarnos a nosotros a hacer lo mismo.

De este modo, Jaume Plensa intenta invitarnos al mismo tiempo no sólo al taller de su artística mente, sino al mundo interior de la mente de cada uno, convencido de que en el interior de cada espectador hay un universo inabarcable, único y original, a veces limitado o condicionado por el entorno. La función espiritual de sus obras, algunas situadas en el centro de bulliciosas ciudades y otras ocultas entre la vegetación de rincones inhóspitos, cumplen idéntica función.

Anna, 2015. Klövedal, Suecia.

 

La mente de Jaume Plensa contempla, aprecia y encapsula la realidad para transfigurarla, ir más allá de lo evidente y ayudarnos a descubrir nuevas formas de mirar al mundo, de estar en el mundo, exprimiendo todo lo que este puede llegar a ofrecernos si lo observamos con la mirada adecuada, incluso si a veces ello conlleva cerrar los ojos.

Con tal concepción de la mente del artista nacieron las dos colaboraciones de Jaume Plensa con ARTIKA, 58 -hoy agotada- y Jaume Plensa 61. Las esculturas ideadas por el artista para ambas ediciones son dos rostros, dos cabezas de esas que tanto le gustan, de las que invitan al silencio y la introspección, y que cuentan en su interior, en la expresión más cercana posible de su mente, con los exclusivos libros que muestran con mimo y artesanía ese mundo y taller interior de uno de los artistas más internaciones de nuestro país.

 

Jaume Plensa 61, un viaje al taller oculto de un genio

El propio Jaume Plensa ha colaborado estrechamente con ARTIKA para crear una obra única en la que revela los rincones de su taller y de su mente, el lugar donde se crea su arte y toma forma antes de conmover a un mundo necesitado de mirar en su interior.

-Edición numerada y limitada a 2.998 ejemplares.

-La obra cuenta con dos volúmenes y un estuche-escultura con el rostro de Mar, la niña ideada por el artista como alegoría del mundo global y plural en el que viven sus obras.

-El Libro de Arte desvela no sólo sus grandes obras sino el espacio físico y los procesos de creación que las hacen posibles, con reflexiones del artista y fotografías espectaculares.

-El Libro de Estudios, Apuntes y anotaciones, constituye el puente entre las ideas en la mente de Plensa y el trabajo materializado en su estudio, reproduciendo las páginas de cuadernos de su puño y letra donde vuelca su inabarcable mundo interior con cada trazo y cada apunte.

 

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