












“ No puedo concebir al artista si no es en plena aventura, en pleno trance, en pleno salto al vacío. ”
Antoni Tàpies
Una de las grandes pasiones de Joaquín Sorolla fue pintar al aire libre, teniendo como modelo el natural, predilección que descubrió desde muy joven, cuando estudiaba; ya entonces muchos de sus compañeros contaban cómo el joven Sorolla antes de empezar las clases a las ocho de la mañana ya venía de recorrer las afueras de Valencia, donde se trasladaba a pintar paisajes.
Como homenaje a esta gran pasión del pintor valenciano de pintar al aire libre, Artika y la Fundación Sorolla presentan Los paisajes de Sorolla. Un viaje de la mano del genial artista por los parajes y escenas que recorrió, pintó y amó a lo largo de su vida, a través de una selección de dibujos, en una edición limitada y numerada de 2.998 ejemplares.
Un Libro de Arte, encuadernado en tela de algodón que simula un lienzo, con la reproducción de un detalle del cuadro Vendimiando. Jerez (1914), nos descubre 71 dibujos, reproducidos en formato facsímil de temática paisajística, troquelados según los originales y pegados sobre el libro. La cuidada selección, realizada por el Museo Sorolla, muestra todos los tipos de paisaje que esbozó el artista y las diversas técnicas utilizadas: lápiz, carboncillo, tinta, clarión, acuarela o guache.
El volumen se organiza en seis capítulos que se abren con unos desplegables de gran formato, reproducciones de cuadros de Sorolla relacionados con el paisaje.
Un libro de Estudios, que por sí solo es una obra única, nos acerca a la vida y obra del artista, permitiéndonos entenderla de la mano de los máximos expertos, entre los que destacan la bisnieta del pintor, Blanca Pons-Sorolla, investigadores del Museo Sorolla o el Jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX del Museo del Prado.
Los paisajes de Sorolla incorpora dos láminas de un alto valor artístico presentadas en unas Carpetas de Arte que se han concebido para poder ser expuestas de forma individual. Dos dibujos en dos de las técnicas más usadas por Sorolla, uno a lápiz, Orillas del Tajo, Villaseca (1882-1888) y con la técnica mixta de lápiz y acuarela, Paisaje con río y dos torres (1882).
Todos los elementos se presentan en un impactante estuche, realizado de forma artesanal y compuesto por dos piezas de metacrilato de 2,5 cm de grosor, y con su firma grabada. Una ventana abierta a los paisajes que Sorolla habitó, disfrutó y pintó.
Técnicos expertos ajustan y corrigen las pruebas de color, que permiten modificar las planchas definitivas de impresión. Uno por uno los dibujos se analizan y se rechazan si no cumplen las exigencias.
Las láminas, troqueladas según las originales, se pegan con tres puntos de cola sobre las páginas del libro. En su reverso, junto al sello del Museo Sorolla, aparece el número de ejemplar.
Dadas sus dimensiones, la tripa del libro se ha cosido artesanalmente con hilo de algodón de alta calidad por expertos artesanos.
Los desplegables nos presentan cada uno de los seis capítulos en los que se divide el Libro de Arte, unidos a éste de forma manual, a partir de un sistema de encolado específico.
Antes de colocar las tapas y para su perfecta adherencia, se moldea el lomo y se refuerzan las partes superior e inferior con unas cabezadas de algodón.
Una tela de algodón, que reproduce la textura del lienzo, sirve de base para la impresión digital a seis tintas de la cubierta del libro, destacando la intensidad y la tonalidad que posee el cuadro original.
Cada trozo de tela impresa se corta a tamaño del libro para su encuadernación. El motivo impreso es una ampliación de un detalle del cuadro de Sorolla Vendimiando. Jerez(1914).
El Libro de Arte se encuaderna, a mano, con cartón contracolado sobre las guardas del libro, una capa de espuma y la tela impresa.
Las placas de metacrilato que forman el estuche han sido fabricadas especialmente para este proyecto con un grado de transparencia del 98 % y 2,5 cm de grosor.
En la placa delantera del estuche se graba, en su interior, la firma del artista. El rayo láser permite generar un tono translúcido que destacará sobre el fondo colorista de la cubierta.
El hierro con que se unen las dos placas de metacrilato sufre un proceso de oxidación provocado, en el que intervienen restos de colores ocres para que el resultado recuerde a los paisajes castellanos.
Con una cola especial se unen las dos placas y luego se coloca la plancha de hierro oxidado. Unos imanes permiten colocar el lateral extraíble.
(1863-1923) Amante de la pintura al aire libre, la luz, y los colores del Mediterráneo, Sorolla es la máxima expresión del luminismo español. Su fama pronto rebasó las fronteras españolas para extenderse por Europa y Estados Unidos, donde expuso en varias ocasiones. Sorolla es conocido por pintar de manera impresionista, tanto escenas de mar como de paisajes, para él la naturaleza era su taller e inspiración. Además, de convertirse en el retratista más buscado de la época, desde la familia real a las personalidades de la política, las artes o la economía.