Los 5 autorretratos de Frida Kahlo: una vida en 5 obras maestras

Los autorretratos de Frida Kahlo tienen fama mundial y resultan inconfundibles por la intensidad de su mirada. ¿Por qué sus cuadros nos cautivan? ¿Qué detalles se nos pasan por alto al contemplarlos? Estos son algunas de las imágenes que han convertido a la artista mexicana en una de las mujeres más influyentes de la historia del arte.

 

1. Las dos Fridas (1939)

Frida Kahlo decía que esta obra representa la «dualidad de su carácter». En efecto, este juego de espejos ilustra la doble herencia de la artista: europea (la figura con vestido victoriano) e indígena (la que lleva falda y blusa de tehuana).

Es una imagen que ilustra la soledad y el desamor a través de elementos surrealistas. Al igual que otras obras en las que la artista se desdobla, Las dos Fridas simboliza el consuelo que se ofrece a sí misma en los momentos de desesperación. Hoy es uno de los cuadros más visitados del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.

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Las dos Fridas, 1939. Museo de Arte Moderno, Ciudad de México.

© De Agostini Picture Library /G. Dagli Orti

© 2021 Banco de México Diego Rivera & Frida Kahlo Museums Trust. Av. 5 de Mayo No. 2, col. Centro, alc. Cuauhtémoc, c.p. 06000, Mexico City

 

2. Autorretrato con collar de espinas y colibrí (1940)

El colibrí es una criatura con la que Frida se sentía muy identificada. En uno de sus dibujos, realizado en 1946, convirtió sus características cejas en las alas del pequeño pájaro. El colibrí también tiene otra connotación: en México se usaba como amuleto para conjurar la suerte en el amor.

Otra simbología presente en el cuadro es la referencia al cristianismo, a través de la corona de espinas y las heridas abiertas. La influencia de los exvotos mexicanos, representaciones populares de motivos religiosos, está muy presente en su forma de plasmar el sufrimiento personal.

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Autorretrato con collar de espinas y colibrí, 1940. Nickolas Muray Collection.

© Harry Ransom Center. The  University of Texas at Austin

© 2021 Banco de México Diego Rivera & Frida Kahlo Museums Trust. Av. 5 de Mayo No. 2, col. Centro, alc. Cuauhtémoc, c.p. 06000, Mexico City

 

3. Autorretrato como tehuana o Diego en mi pensamiento (1943)

Frida escogió para mostrarse en público, y en muchos de sus cuadros, una imagen que adoptaba su vestimenta favorita (y también la de Diego Rivera). Se trata del traje que usaban las mujeres del istmo de Tehuantepec, de etnia zapoteca, muy admiradas por su sensualidad, inteligencia y valor.

En la frente de Frida se materializa el rostro de Rivera, siempre presente en la mente y el corazón de la artista. Frida comenzó a pintar esta obra en 1940, año en el que se divorció del pintor, pero no lo acabó hasta 1943. Es la representación de una presencia obsesiva, que no llega a desvanecerse a pesar de la ruptura.

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Autorretrato de tehuana o Diego en mi pensamiento, 1943. Colección Jacques y Natasha Gelman de Arte Mexicano del s. xx y Fundación Vergel.

© Album/akg-images.

© 2021 Banco de México Diego Rivera & Frida Kahlo Museums Trust. Av. 5 de Mayo No. 2, col. Centro, alc. Cuauhtémoc, c.p. 06000, Mexico City.

 

 

4. La columna rota (1944)

Un suceso que marcó su biografía fue el accidente que sufrió cuando tenía 18 años. Sobrevivió a una serie de lesiones graves (entre ellas, una fractura múltiple de columna). Estuvo postrada durante meses y las secuelas le durarían de por vida.

En 1944, después de una intervención quirúrgica que la volvió a dejar inmovilizada, quiso desnudar su alma en La columna rota. La combinación de elementos realistas (el corsé metálico) y simbólicos (los clavos, la columna resquebrajada) transmiten la angustia derivada de su dolor físico y emocional. Sin embargo, y pese a las lágrimas, su mirada refleja fortaleza: estamos ante una mujer que no va a rendirse.

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La columna rota, 1944. Óleo sobre masonita, 39 x 30,5 cm. Museo Dolores Olmedo, Ciudad de México.

© Album

© 2021 Banco de México Diego Rivera & Frida Kahlo Museums Trust. Av. 5 de Mayo No. 2, col. Centro, alc. Cuauhtémoc, c.p. 06000, Mexico City

 

 

5. Autorretrato con el retrato de Diego en el pecho y María entre las cejas (1953-1954)
En sus últimos años, Frida sufría unos dolores tan intensos que apenas podía pintar sin recurrir a la medicación. A pesar de todo, la personalidad de su trazo siempre se abría camino. Es el caso de esta obra, uno de sus últimos autorretratos conocidos, que consiguió acabar el mismo año de su muerte. Evoca una vez más su pasión por Diego Rivera, al que nunca quiso olvidar.

Con una nota de ironía, el cuadro también incluye a la actriz María Félix, una de las amantes de Rivera. Sin embargo, no hay ningún rencor en esta referencia: las dos mujeres siempre fueron amigas íntimas. Y la imagen de Diego Rivera aparece, quizá por última vez, retratada cerca del corazón de la artista.

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Autorretrato con Diego en mi pecho y María (Félix) en mis cejas, 1953-1954. Colección particular.

© Album/akg-images.

© 2021 Banco de México Diego Rivera & Frida Kahlo Museums Trust. Av. 5 de Mayo No. 2, col. Centro, alc. Cuauhtémoc, c.p. 06000, Mexico City.

 

 

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