Antonio López nos cuenta sus impresiones sobre Paisajes

El artista de Tomelloso comparte algunos momentos vividos durante la creación de la obra Paisajes, cuáles son sus impresiones y cómo ha sido colaborar con ARTIKA. Una oportunidad única para conocer más sobre sus emociones, sus recuerdos o su visión del arte.

 

 

Y si prefieres disfrutar de Antonio López como lectura, aquí incluimos la transcripción de las palabras del artista.

 

Paisajes comienza con la obra de su tío, y de su mujer, María Moreno.

En este libro somos tres, pero lo bonito es que además está mi tío, que es de una generación anterior y que es como el comienzo de todo. Mi tío está en el principio, no es que lo hayamos copiado, sino que nos ha señalado un camino. Podía haber sido otro, podía haber sido Hopper, podía haber sido Balthus… Ha habido unos figurativos en el siglo XX maravillosos, uno de ellos, el cercano a todos nosotros, era mi tío. Y yo creo que ese ejemplo nos ha ayudado mucho. Y eso, a mí me parece precioso que esté en el libro y que abra el libro.

 

En la fotografía que cierra la obra Paisajes, aparece con su esposa y pintora, María Moreno.

Es una maravilla. Ya Mari no estaba bien, pero se nota toda la sensibilidad y todo lo bien que nos llevábamos. Se nota cómo dos personas se pueden llevar muy bien durante muchos años, a pesar de todas las dificultades, y de la paciencia que hay que tener para conseguir eso.

 

¿Cómo surgió la idea de incluir un texto suyo en Paisajes?

Entonces, de una manera natural como se ha tardado en hacer el libro, y se ha hablado mucho, pues de una manera muy natural surgió la posibilidad de que, aparte del título, que lo pones, aparecieran unas palabras, unos datos muy sencillos, que los entendiera todo el mundo, porque son trabajos para entenderse. Y son trabajos que se pueden explicar. Es un sitio determinado de Madrid, es un sitio determinado de Tomelloso, es una fecha determinada… y hay unas anécdotas que son reales, son verdad, y que están unidas al trabajo. Entonces yo creo que todo eso le ha dado agilidad al libro y le ha dado gracia. Las palabras mías.

Tomas conciencia, tienes que elegir de toda la cantidad de anécdotas que podías contar, tienes que elegir la anécdota o las dos anécdotas que son como las decisivas, las más expresivas, las que dicen más del trabajo. Y eso ya depende de ti también. También tienes que hacer una selección porque en vez de contar eso puedes contar otra cosa. Y entonces has elegido una historia en relación al cuadro, y eso es un ejercicio mental que viene bien, porque te haces consciente, más consciente, de por qué haces las cosas. Eso está bien. Tenerlo que explicar está bien, si no, mientes.

 

La portada del libro es un detalle del cuadro Gran Vía, 1 de agosto, 7:30 horas. Un cuadro pintado desde una ventana.

En mi trabajo, la calle la he pintado o a pie de calle o desde dentro de un lugar. Entonces yo en este caso fue desde dentro de un lugar, y me gustó incorporar lo de dentro. Me gustó incorporarlo porque tú puedes pintar lo que se ve sin incorporar lo de dentro, entonces queda como un paisaje visto desde arriba. Pero me pareció muy interesante incorporar el marco de la ventana, parte de la ventana. Me pareció muy interesante, porque se creaba el mundo del interior, el mundo del exterior, ese contraste era estimulante, me parecía atrayente incorporarlo.

Lo primero que me sorprende es ver pequeño el tamaño. Y es como si te hubieras alejado mucho. Y coge un carácter muy distinto, se queda más detallado, se queda como si fuera más una joya. No se ve tanto la lucha de la pintura, pero se ve lo mágico de lo conseguido. La parte mágica de la pintura.

Es un libro majestuoso, es un libro maravilloso, a mí me parece que está muy bien.

 

Paisajes incluye una lámina giclée con la imagen de unas flores.

Es un tema que no he dejado de pintar desde muy pronto. Como la ciudad. Desde el año 53, en unas vacaciones, yo estudiaba Bellas Artes, estaba a la mitad de los estudios, en las vacaciones de Semana Santa en la casa de mis padres, ahí hay un jardín. Y mi madre pues tenía flores. Y vi unos alelíes. Con un perfume, era una maravilla.

Me gustaron tanto que los puse dentro de un vaso con agua y pinté un cuadro en los días de las vacaciones. Y claro bueno, pues desde entonces llevo pintando flores.

Y pinto flores muy diferentes, sobre todo rosas, vuelvo a las rosas porque las rosas tienen una variación de tonos que, la rosa sigue siendo la rosa, pero no es lo mismo la rosa blanca, que la rosa rosa, que la rosa roja, que la rosa amarilla. Son muy distintas. Te producen una sensación muy diferente. Estas eran rosas rosa, como la carne, eran muy carnosas. Y olían mucho. Entonces lo pinté todo buscando esa cosa tan física que tenían las rosas.

 

¿Qué valor tiene que haya firmado todos los ejemplares de Paisajes?

Yo pienso que se pretende crear un libro distinto del normal, que vaya más allá, que tenga algo de obra muy individualizada, realizada de una forma ya buscando una cercanía con lo que reproduce extremada. Ya no se puede ir más lejos. Ya más lejos es ya tener el cuadro.

 

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